Con frecuencia se produce en la nueva mamá una fase depresiva notable, en contraste con la euforia y alegría que acompañan el nacimiento del niño.
Es frecuente durante los días segundo y tercero después del parto ver a las mamas jóvenes romper a llorar y forjarse temores injustificados respecto al niño y su crianza; ocurre esto al mismo tiempo que se comprueba una congestión dolorosa en sus pechos.
La subida de la leche es un fenómeno en el que participan todas las glándulas qué tienen el mismo origen embriológico que los senos, en particular las glándulas lacrimales y sudoríparas. No deben extrañar, pues, estos accesos de lágrimas y el abundante sudor en los días que siguen al parto. Esta ligera depresión psíquica desaparece, por lo general, en las 48 horas después de la subida de la leche.
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