La mujer embarazada ha de acostumbrarse a realizar diariamente varios pequeños trabajos en esta postura (coser, hacer punto, lectura, televisión, y —¿por qué no?— mondar las legumbres).
A las que conocen el yoga les decimos que es más o menos la postura del loto.
Pero ¿por qué adoptar esta curiosa postura? Porque prepara los músculos para el parto.
El niño toma esta misma postura por propia iniciativa. Obsérvale cuando hojea sus sitios de cuentos o ve su emisión preferida en la televisión: se sienta de esa manera, que le resulta la más natural del mundo.
De acuerdo en que no es una postura demasiado elegante y que no es la más propia para recibir a tus invitados...
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