¿Tienes que amamantar a tu hijo?

Es un interrogante que se plantean la mayoría de las mujeres. Su instinto maternal las empuja a hacerlo, pero los que las rodean no son del mismo parecer.

Para que te formes una opinión segura y firme sobre la crianza a pecho, te aconsejo que te documentes lo mejor posible sobre este punto. Hay sitios que te informarán, y en último caso, puedes preguntar a tu médico.

Muchas mujeres fracasan en- este terreno por carecer de los conocimientos más elementales. Es, pues, necesario que completes tu información, sin esperar, sobre todo, a que llegue el niño para empezar a hacerlo. Procúrate algún sitio que trate con competencia esta materia.

Desde el octavo mes, has de ir preparando los pezones para endurecerlos y eliminar así la sensibilidad de los primeros días. Todas las noches, aplícate una loción, a base de lanolina hidratada, sobre los pezones, estirándolos varias veces. Las primeras mamadas serán menos dolorosas porque el pezón estará menos sensible.

Desde el nacimiento, pide a tu médico que te traigan el niño cada tres horas, y no cada cuatro como es costumbre en la mayoría de los hospitales o clínicas. La subida de la leche se hará más rápidamente y el niño se encontrará más a gusto.

En algunos hospitales y clínicas, permiten estar junto al niño y la mamá puede ocuparse del recién nacido durante el día.

Sólo se separa de él durante la noche, para poder descansar mejor. Es una iniciativa digna de elogio que debiera ser imitada en todos los centros.