Desecha de tu dieta las bebidas carbónicas, y los alimentos demasiado condimentados, por ejemplo los platos chinos, la piz-za, los espaguetis.
Pastelería: Dulces, buñuelos, tartas, etc.
Salsas, nata batida.
No tomes ni un grano de sal a partir del cuarto mes de embarazo. Puedes echar una poca en las legumbres para cocerlas.
Si eliminas de tu dieta la sal en los últimos meses del embarazo se activará el funcionamiento del músculo uterino y se reducirá la resistencia de los músculos estriados del perineo durante la expulsión. De esta manera, el parto será más fácil, debido al relajamiento de los músculos.
Has de tener en cuenta que no debes tomar juntos el azúcar y la fécula, pues ocasionan un desequilibrio de la glándula tiroides, una de cuyas funciones consiste en desintoxicar el organismo ; además producen gases intestinales.
Todos los médicos coinciden en que cuanto más equilibrada sea tu dieta, mejor será la salud de tu hijo; cuanto menos engordes, tanto más fácil te será el parto; cuanto más delgado sea el niño, tanto más rápida será la expulsión.
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